El carbón vegetal de Marabú se fabrica a partir del sombrero de la planta de Marabú. Se trata de una planta salvaje, muy agresiva, de origen africano. La planta del marabú se convierte en arbustos y árboles de hasta diez metros de altura. Cuba importó la planta de marabú en el siglo XIX, pero como Cuba cayó en una grave crisis económica, la tierra estaba tan descuidada que la planta de marabú tuvo vía libre para crecer. Hoy en día, es imposible imaginar el paisaje cubano sin él. Y es que el carbón vegetal de Marabú resultó tener unas propiedades realmente excepcionales. El marabú es un carbón vegetal pesado y, por lo tanto, contiene un alto poder calorífico. También tiene una larga duración de combustión, incluso a altas temperaturas, y desarrolla muy poco humo debido a su completa carbonización. El carbón de marabú se quema con algo menos de facilidad que el de acacia, pero arde durante más tiempo y, por tanto, es más económico. El carbón vegetal de Marabú tiene una duración media de combustión de 4,5 horas y un porcentaje de carbono no inferior al 80-90%. El carbón vegetal de Marabú es 100% natural porque no contiene aditivos químicos ni combustibles. Proporciona un lecho de fuego muy agradable debido a la clasificación gruesa de los trozos de carbón más grandes y más pequeños. Los trozos tienen un tamaño de 50 a 200 mm. Esto asegura que el carbón se pegue un poco pero que pueda pasar suficiente oxígeno. Marabu es adecuado tanto para la barbacoa alta y rápida como para la baja y lenta y se utiliza en barbacoas abiertas y cerradas como el Kamado. Para fabricar el carbón marabú, el carbonero construye una pila de ramas (Meiler) clasificadas por tamaño y peso. La artesanía determina la calidad del producto, por lo que el proceso desde la materia prima hasta el producto acabado puede llevar muchas horas.